EL MOTOR ELÉCTRICO Y SUS EFÍMEROS PROBLEMAS
Resulta innegable que los coches eléctricos son el futuro del sector del automóvil, pero estos innovadores vehículos tienen aún un buen trecho por delante antes de llegar a superar por completo a sus predecesores.
Para empezar, es necesario hablar de la contaminación. Si bien es cierto que al eliminarse la combustión de gasolina o diésel se eliminaría también la producción de CO2 y otros gases de efecto invernadero, los coches eléctricos son, en este aspecto, un arma de doble filo. Eso se debe a que muchos modelos usan baterías fabricadas a partir de dos metales, el cobalto y el níquel, que no solo son de acceso más bien limitado, si no que además tienen un proceso de extracción altamente contaminante. A este hecho se le suma la imposibilidad que hay, al menos de momento, de reutilizar los componentes de las baterías.
Si vamos al ámbito económico, los complejos procesos de fabricación de estos vehículos, su presencia aún minoritaria en el mercado y el control casi absoluto del mercado de empresas como Tesla Motors, quienes fabrican, básicamente, vehículos de alta gama, hacen que, en general, los precios sean bastante elevados. Así pues, un coche eléctrico difícilmente será una opción tomada por alguien con un bolsillo promedio.
A los problemas de contaminación y de precio se le suman los que pertenecen al ámbito más técnico de los coches eléctricos y de cualquier aparato electrónico “enchufable” hoy en día: las baterías. Las baterías de este tipo de vehículos tienen una capacidad que ofrece entre 200 y 350 km de autonomía reales en los automóviles promedio, aunque en los mejores coches de empresas especializadas pueden llegar a los 400 km (que queda corto en comparación a los de gasolina, que pueden llegar a los 2000). A este problema se le añade la escasez de puntos de carga, por no hablar del hecho de que cada recarga en una toma especializada para ello puede tardar hasta 20 minutos en realizarse. Si el comprador instala uno de estos en su casa, con la potencia eléctrica promedio de un hogar (220V), este mismo proceso puede prolongarse hasta las 8 horas. Así pues, los puntos de carga no solo son escasos, si no que además, si se opta por instalar uno en casa, el tiempo que se tarda en tener el coche listo es indeciblemente prolongado.
Pese a todo lo dicho anteriormente, sin embargo, nada de esto detendrá, ni mucho menos, el avance de los coches eléctricos. El esfuerzo que los equipos de investigación, con el apoyo de grandes empresas, están realizando es innegable. Para muestro un botón: la autonomía de los coches eléctricos desde que estos comenzaron a aparecer (hará unos 100 años) ha aumentado 12 veces gracias a los avances tecnológicos. Así pues, sería difícil que, más temprano que tarde, los problemas que estos presentan no se solucionaran. Las mejoras tecnológicas acabarán por traer más asequibilidad, y eso hará que el mundo empiece a planearse en torno al vehículo del futuro que, por fin, ya será cosa del presente.