¿Qué particularidades presenta el tubo para instalación eléctrica?

El tubo para instalación eléctrica o las canalizaciones eléctricas son aquellas que se ocupan de contener los conductores eléctricos y protegerlos de daños mecánicos, productos químicos, altas temperaturas o zonas húmedas.

Existen diferentes tipos de instalaciones eléctricas, como son las de alta tensión, baja tensión y muy baja tensión:

Cuando hablamos de instalaciones de alta tensión, nos referimos a aquellas en las que la diferencia de potencial máxima entre dos conductores es superior a 1.000 voltios. Estas, son instalaciones de gran potencia en las que se hace necesario disminuir las pérdidas por el efecto Joule, también conocido como calentamiento de los conductores. En algunos casos, se utilizan instalaciones de alta tensión de baja potencia, con el objetivo de aprovechar los efectos del campo eléctrico, tal y como pasa en los carteles de neón.

Instalaciones de baja tensión; En este caso, la diferencia de potencia máxima entre dos conductores no supera los 1.000 voltios y es superior a 24 voltios.

Instalaciones de muy baja tensión; En este caso, la diferencia de potencial máximo entre dos conductores es inferior a 24 voltios y se utilizan cuando hay baja potencia o necesidad de una gran seguridad en su utilización.

¿Qué tipos de tubo para instalación eléctrica encontramos?

En cuanto al tipo de tubo para instalación eléctrica, se pueden ver de muchos tipos, teniendo en cuenta los materiales con los que se ha confeccionado y sus particularidades constructivas. Si nos fijamos en las características, podemos diferenciar entre dos grandes grupos de tubo para instalación eléctrica:

  • Tubo rígido (metálico y no metálico)
  • Tubo flexible (metálico con cubierta aislante, no metálico corrugado, no metálico reforzado)

El tubo para instalación eléctrica que son rígidos metálicos necesitan de herramientas y técnicas especiales para curvarlos, ya que se construyen en acero y aleaciones de aluminio, utilizándose, sobre todo, en instalaciones en las que la superficie requiere de una gran protección mecánica de los conductores.

Los tubos rígidos de plástico se fabrican con PVC y se emplean para instalaciones de superficie; los tubos flexibles metálicos, por su parte, se construyen con chapa metálica y van recubiertos en una envolvente de material plástico en PVC. Esta cubierta puede ser corrugada o lisa y están diseñados para aguantar un gran número de flexiones sin deteriorarse. Esta particularidad los hace perfectos para instalaciones de superficies móviles, como es la de alimentar cabezales de máquinas herramienta.

Los tubos flexibles, no metálicos, cuentan con un curvado que se realiza con las manos y sin necesidad de utilizar herramientas y se construyen con plásticos PVC. Como tienen una forma exterior estriada, se les conoce como tubos corrugados y suelen utilizarse en canalizaciones empotradas en tabiques, muros o paredes maestras…, ya que hacen más sencilla la fijación a la obra.

Los tubos flexibles reforzados se diseñan con dos capas de material aislante PVC que le confieren una mayor resistencia a los golpes y se utiliza para instalaciones enterradas.

¡Elige el mejor tubo para tu instalación eléctrica!

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